En éxodo

La vida sobre ruedas o a caballo,

yendo y viniendo de misión cumplida,

árbol entre los árboles me callo

y oigo cómo se acerca Tu Venida.

 

Cuanto menos Te encuentro, más Te hallo,

libres los dos de nombre y de medida.

Dueño del miedo que Te doy vasallo,

vivo de la esperanza de Tu vida.

 

Al acecho del Reino diferente,

voy amando las cosas y la gente,

ciudadano de todo y extranjero.

 

Y me llama Tu paz como un abismo

mientras cruzo las sombras, guerrillero

del Mundo, de la Iglesia y de mí mismo    

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