Día de Reyes

Anoche contemplamos la estrella

que hoy nos guio hasta el portal.

Y en un humilde pesebre

nos encontramos al que es la Vida

y pusimos ante Él

oro, incienso y mirra.

 

Siglos después eres tú, soy yo,

quien debe encontrar la estrella,

no ya en el cielo nocturno

sino en lo hondo del corazón;

y buscar entre tus dones,

el oro, el incienso y la mirra

para llevarlos al Niño

que da sentido a la vida.

 

En este día de Reyes,

de sonrisas y regalos,

en el silencio del corazón

quiero adorarte como los magos,

esos que dieron un día,

lo mejor que tenían.

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