Apariciones

Apareciste 
cuando el alma 
no tenía prisa 
ni de llegar, 
ni de crecer, 
ni de morir. 

Cuando te fuiste
el cuerpo 
no hizo balance 
ni de ausencias, 
ni de caricias, 
ni de preguntas. 

Y me dejaste 
una sorpresa, 
una certeza, 
un corazón. 

¡Nunca te fuiste!

 

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