Iniciamos el tiempo de cuaresma con la señal de cruz marcada en la frente. Una señal que me recuerda mi fragilidad y debilidad; que me hace consciente de mis límites.Desde la fragilidad, la debilidad, y los límites, se abre un camino para el encuentro contigo. Por delante cuarenta días parar descubrir cómo vas marcando mi vida Señor, cómo mi fragilidad, debilidad y límites son superados con el perdón sin condiciones, con la libertad y con tu promesa:«En tiempo favorable te escuché, en día de salvación vine en tu ayuda»; pues mirad, ahora es tiempo favorable, ahora es día de salvación” (Cor 6, 2)