No seguimos a un Dios de muerte, sino de vida. Un Dios al que en este tiempo de pascua descubrimos como bueno, salvador, Dios de envío,que nos pone en camino… No le seguimos por obligación ni por miedo, por desesperación ni por hastío, sino por un amor profundo, que nace de descubrir cómo es. Es un Dios vivo que sigue presente en nuestras vidas, en nuestro mundo, acariciando nuestras historias y proponiéndonos metas y proyectos. …