Así podemos acercarnos a Dios. Así podemos escuchar su evangelio, como las palabras cariñosas del amigo que te quiere y te entiende. Así podemos descansar con él. Contarle nuestras batallas. O sencillamente, estarnos en silencio, porque no siempre hacen falta palabras. Como en esos momentos tranquilos, de estar, sin más……