¿Cerrado por vacaciones?

Pues resulta que Dios no cierra por vacaciones. Menos mal. Y es que, aunque, al menos en algunas latitudes, ahora comience el verano y cambiemos de actividad, de ritmo, y toque frenar y quizás descansar, las cosas de Dios no se interrumpen. Sigue la fe, y el amor. Sigue el Reino, y la paz, el perdón, y la Vida. Y así tiene que ser……

PastoralSJ
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