Es la devoción del pueblo de Dios. Es la sabiduría de la vida, de aquellos que han vivido y sufrido mucho, pero que saben de verdad, y cómo Dios nos ama y nos sostiene en lo escondido. Porque a veces la fe es un sencillo recogimiento, es reconocer que Dios es necesario en nuestra vida y que sencillamente necesitamos espacios para recordar su importancia para con nosotros.




