El amor de Dios es una alianza. Hay un amor primero, que conquista y enamora, que provine de la experiencia del encuentro con Dios. Pero el amor de Dios tiene otra cualidad: permanece y es fiel. Por eso, habrá que seguir luchando en cada tormenta aferrados a ese amor que guía el invierno hacia tu primavera. Por eso, vivimos por amor, de Dios para los demás.
Y yo te dije que sí aquella tarde en la arena,
cuando la luz de tus ojos llenó de esperanza mi pena.
Pero ahora habrá que seguir luchando en cada tormenta,
aferrados a este amor que guía el invierno hacia tu primavera.
Y yo te dije que sí porque tu amor fue la esencia
que me empujó a derribar las puertas y a luchar por quien no tiene fuerzas.
Y yo ahora quiero vivir por amor a esta herencia
que no permite que quede sin tu amor ningún ser en esta tierra.
TU AMOR, SEÑOR, ES LA LUZ
TU AMOR, SEÑOR, SIN FRONTERAS
TU AMOR ES LA FUERZA QUE ME LLEVA
A COMPARTIR
ESTE AMOR, TU AMOR, QUE VIVE EN MÍ.
TU AMOR, SEÑOR, EN LA TIERRA
TU AMOR, SEÑOR, QUE TE ANHELA
TU AMOR, SEÑOR, CUANDO ME SIENTO MORIR…
TU AMOR, TU AMOR, QUE VIVE EN MÍ.