Un sentimiento universal, al menos a veces. Una íntima amiga que a veces nos vuelve locos. Pero una soledad habitada. Porque cuando le pierdes el miedo quizás es cuando comienza el encuentro. Y comprendes que no estás nunca solo del todo. Y la música encuentra eco. Y las cicatrices encuentran caricias. Y el dolor pierde su capacidad de decir la última palabra. Todo eso, y más, ocurre cuando bailamos con ella.
Jorge Drexler (12 segundos de oscuridad)
Soledad
Aquí están mis credenciales
Vengo llamando a tu puerta
Desde hace un tiempo
Creo que pasaremos juntos temporales
Propongo que tu y yo nos vayamos conociendo
Aquí estoy
Te traigo mis cicatrices
Palabras sobre papel pentagramado
No te fijes mucho en lo que dicen
Me encontrarás
En cada cosa que he callado
Ya pasó
Ya he dejado que se empañe
La ilusión de que vivir es indoloro
Que raro que seas tú
Quien me acompañe, soledad
A mi, que nunca supe bien
Cómo estar solo.