«Cuando Dios creó al hombre, lo hizo a su imagen y semejanza»
Así comienza el capítulo 5 del Génesis, quizás una de las frases más conocidas de la Biblia y que por su popularidad puede que hayamos banalizado su simbolismo.
Uno de los enigmas que Ignacio nos revela en sus Ejercicios Espirituales es que en la creación podemos encontrar la huella del Creador, y siento que esto es algo que hemos olvidado como sociedad. Continuamente nos bombardean con cifras de personas que tratan de alcanzar las costas europeas y de otras tantas que pierden la vida en el intento, sin que esto nos afecte más allá de lo que tarda en llegar la siguiente noticia.
Ojalá que un día caigamos en la cuenta de que esas vidas son reflejo de Dios, que llevan su marca. Que también tienen un papel único en la construcción del Reino y que, como cristianos, debemos sentirnos llamados a estar con el sufriente. No olvidemos que seguimos y creemos en un Jesús que también tuvo que huir, y para el que su sociedad no le dio sitio.
Que un día dejemos de escuchar esta nana, y sea porque hayamos despertado.
Maria José Llergo (Nana del Mediterráneo)
Le hiciste cuna de agua y sal
Las estrellitas del cielo
Con nácar peinan su pelo
Aguas serenas, aguas serenas
Te mecen ya
La ea
La ea
Mueren los sueños en ultramar
Las olas sellan su tumba
Europa pierde las uñas
Aguas serenas, aguas serenas
Te mecen ya
La ea
La ea
Ea
La ea
Ea
La ea