En nuestra fe, como en nuestras amistades, trabajo, estudios o familia, podemos vivir altibajos. Momentos en los que nuestra relación con Dios es la razón de nuestra vida y otros en los que incluso lo podemos llegar a negar.
En ocasiones vivimos experiencias en las que nos acercamos o tiene que llegar “una tempestad” para volver a encontrarnos.
Pero si hay una cosa que podemos tener clara es que Dios seguirá ahí, “no es una aguja en un pajar” que se esconda de nosotros, cuando menos te lo esperes puede que “aparezca sin querer”.

Xoel López (Atlántico)

Algunos lo llaman fe,
otros lo llaman necesidad.
Muchos ya lo han encontrado,
otros solo oído hablar.
Aparece sin querer.
No es una aguja en un pajar.
A veces pasa como un tren
y otras se queda hasta la eternidad.
Si llega en forma de estafa
la flor se convierte en puñal.
Otros solo lo encontramos
después de una tempestad.
Algunos ven la razón
que hace a este mundo girar,
otros lo llaman mentira
si les ha sentado mal.
Algunos lo echan de menos
y ansían volver a empezar.
Muchos ya se han quemado
en la boca del volcán.

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