Me gusta ir descalza por casa cuando el suelo está fresquito. Me gusta beber coca cola directamente de la lata. Me gusta ir en bici. Me gustan todas y cada una de las escenas y canciones de la película de Sonrisas y lágrimas. Me gusta mi nombre completo, aunque prefiero que me llamen solo ‘Isa’. Me gusta cantar. Me gustan los momentos de bajón post-fiesta. Me gusta llevar el pelo recogido. Me gusta llegar pronto a todas partes. Me gusta la montaña. Me gusta escribir. Me gusta inventar con el piano. Me gusta el Evangelio. Me gusta darlo todo en los karaokes y las verbenas. Me gusta despertarme a media noche y darme cuenta de que aún me quedan cuatro horas para levantarme. Me gusta ver un atardecer bonito. Me gusta enviar y recibir cartas. Me gustan las tertulias familiares con guitarra en las que las comidas se enganchan con las meriendas y estas con las cenas. Me gusta Valencia. Me gusta pasear sola por la playa. Me gusta dirigir coros. Me gusta sacar segundas voces. Me gustan la coherencia y la sinceridad. Me gustan los chupitos de licor de melocotón. Me gusta cualquier tipo de queso. Me gustan la literatura y la historia. Me gusta entender las cosas. Me gusta aprender de las experiencias ajenas. Me gusta hablar sobre Dios y la persona de Jesús. Me gusta madrugar. Me gusta la armonía. Me gusta llevar gafas. Me gusta no juzgar a las personas. Me gusta estrenar ropa interior. Me gustan los coros que cantan a capella y no descuidan la afinación. Me gustan las anécdotas. Me gusta leer al lado de la chimenea. Me gusta estar sola en casa. Me gusta ver vídeos y fotos antiguas. Me gusta el silencio. Me gustan la ironía y el sarcasmo. Me gusta enseñar y aprender. Me gusta la gente sencilla. Me gusta sorprender y que me sorprendan. Me gusta la pedagogía del corazón. Me gusta ser y ejercer de prima mayor. Me gusta tocar la guitarra. Me gusta ayudar y sentirme útil. Me gusta el césped bien cortadito. Me gusta sentir mi respiración. Me gusta la música en directo. Me gusta tener diario. Me gusta conservar las tradiciones. Me gustan las terrazas, con o sin vistas. Me gusta que me cuenten secretos y mantenerlos. Me gustan los detalles. Me gusta dar tonos a partir del diapasón. Me gusta leer. Me gusta tararear a todas horas. Me gustan los niños y los ancianos. Me gustan los pueblos. Me gusta la música. Me gusta esperar el bus mientras imagino cómo serán las vidas de las personas que lo esperan conmigo. Me gusta analizar partituras. Me gusta la luz natural. Me gusta hacer reír y reírme de mí misma. Me gusta nadar y jugar al tenis. Me gusta olvidarme del móvil. Me gusta el olor a pólvora.
Y a ti, ¿qué te gusta? La vida está llena de cosas que nos gustan. Sólo hay que pararse, darse cuenta de ello, y agradecerlo.