Baumann es un sociólogo que describe de modo muy agudo las dinámicas de la sociedad contemporánea, a la que caracteriza como sociedad líquida, en la que nada permanece. Desde esa perspectiva, ha analizado la política, la economía y hasta el amor. En esta sociedad líquida tal vez lo único que no se puede desvanecer sin más son las personas. Y, ¿qué hacer cuando cada vez más gente resulta superflua? Ni produce, ni consume… ni tiene un lugar. Forasteros, inmigrantes, pobres, refugiados, ilegales, van planteando problemas que se intentan solucionar a través de barreras, cárceles, guetos, barrios marginales, fronteras o la simple ignorancia de su existencia. Pero las vidas “que sobran” resultan hoy una bofetada en nuestro mundo, un grito que nos recuerda que demasiadas cosas no funcionan
Los refugiados, residuos humanos de la zona fronteriza global, son la encarnación de los “forasteros”, los forasteros absolutos, forasteros ent odas partes y fuera de lugar en todas partes salvo en lugares que es´tan ellos mismos fuera de lugar: los “lugares en ninguna parte” que no aparecen en ninguno de los mapas usados en sus viajes por los seres humanos normales y corrientes”.