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 Basta un año de meditación perseverante, o incluso medio, para percatarse de que se puede vivir de otra forma. De una forma de verdad buena, más auténtica. Por fin, mejor.

El autor de este librito, Pablo D’Ors, es capaz de describir con precisión de cirujano y sensibilidad de cariñoso artesano el proceso interior que iba viviendo mientras dejaba que la meditación silenciosa se fuera haciendo connatural a él, a su modo de vivir, a su búsqueda personal de absoluto y de Dios. La meditación, como práctica continuada de silencio que se observa a sí mismo, nos concentra y nos recoge, nos devuelve al hogar personal del que tanta superficialidad y exterioridad nos están desahuciando, nos enseña a vivir con nuestro ser, agrieta la estructura de nuestra personalidad hasta que, de tanto hacer silencio dentro de uno mismo, la grieta se ensancha y la vieja personalidad se rompe, permitiendo que, como una flor, comience a nacer una nueva más auténtica y mejor. Meditar es asistir a este fascinante proceso de muerte y renacimiento. Sin que el autor lo diga, la meditación nos ayuda a hacer verdad en nosotros el Misterio Pascual.

 Pablo D’Ors es sacerdote, discípulo zen y escritor. En busca del silencio que intenta biografiar en sí mismo, ha peregrinado a pie a Santiago de Compostela, ha viajado al desierto desnudo del Sahara, a la cuna de los monjes griegos, el Monte Athos y al lejano y sugestivo Himalaya.

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Editorial

Siruela

Año de publicación

2012

Páginas

112

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