Cuando de pequeña me decían que alguien había muerto y se había ido al cielo, pensaba cómo sería ese cielo al que vamos todos y en el que está Dios con nosotros. Y casi siempre me venía la misma imagen, una granja grande, muy grande, donde Dios cuidaba a cada ser que está en ella. Es una granja en la que hay cultivos y animales de todo tipo, hay una gran huerta donde todo el que quiera puede ir a coger las hortalizas que necesite, hay un pilón grande con agua transparente donde todos los niños del mundo podemos jugar, y donde cada tarde nos juntamos a la sombra del almendro a escuchar y a compartir nuestras alegrías, a escuchar a Dios y a compartir con él nuestra fe y nuestros sentimientos más profundos.

Lo que más me gusta de esa granja del cielo es que todo el mundo cabe, los grandes y los pequeños, los ancianos y los niños, y todos cuidamos de todos, hay tiempo para reir y para trabajar, para visitar a los amigos y para jugar con los niños. El Gran Granjero coge una bici en una esquina de la granja y se va por todos los lugares, hablando y acogiendo a cada uno de los habitantes, acompaña a una granjera en el tractor a poner paja a las vacas, se para cuando ve a un agricultor preocupado porque no llueve, y camina junto a una abuela que va pensando en sus nietos; acompaña a los pastores cuando llevan las ovejas al campo, busca agua en cada pozo vacío, y llama a todos los niños y niñas de la granja y les junta para enseñarles y compartir con ellos.

En las granjas de todo el mundo, y de cualquier continente, los granjeros y las granjeras cuidan de cada ser que las habita, y procuran los alimentos y la paz para todos. Dios está en cada granja del mundo, en la huerta pequeña donde da fuerzas a un jubilado para que lleve alimentos a su familia, en las granjas de África donde los agricultores y campesinos sacan alimentos de tierras fértiles y las que no lo son tanto, en las granjas de Asia, de Australia o de América donde las extensiones son grandes y el trabajo es mucho….

Dios creó el mundo y cuando lo creó, puso animales, plantas y personas para que nos cuidáramos unos a otros, las personas tenemos la gran responsabilidad y el gran compromiso de cuidarnos y de cuidar la creación, por eso en cada granja del mundo está El Gran Granjero Dios, que nos cuida a todos y sabe lo que necesitamos en cada momento.  

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