…porque nadie les dijo que era imposible.
Hace unos meses, la gimnasta Simone Biles realizó un salto nunca visto, llevando al límite las leyes de la física. Es la primera mujer en la historia en lograr un triple doble en suelo durante los Campeonatos de Gimnasia de Estados Unidos 2019. Un doble mortal con triple tirabuzón.
Para comprender la magnitud de la ejecución es preciso aclarar qué es lo que realmente consiguió. Biles ejecutó el salto en cuatro tiempos. Lo primero fue una rondada que le ayudó a tomar todo el impulso posible, apoyando las manos en el suelo y girando ciento ochenta grados. A ello le siguió una vuelta de trescientos sesenta grados hacia atrás. Dio un primer salto mortal hacia arriba, rotando atrás y girando lateralmente el cuerpo y, finalmente, un segundo mortal con dos volteos más sobre su eje para aterrizar a ciegas sin caerse. En ese mismo campeonato, Biles realizó en la barra de equilibrio un salto ‘doble doble’ que tampoco se había visto antes. La gente enloqueció.
Los expertos sitúan la hazaña cerca de los límites humanos. Los varones gimnastas que han logrado lo que Biles se cuentan con los dedos de una mano. Con las dimensiones y el material actual de una pista de competición parece que las personas han llegado al fin de sus posibilidades en los saltos en suelo.
El salto de Biles es un desafío para todos nosotros. Ha alcanzado una tierra virgen, un logro nuevo, un espacio original. Interroga sobre nuestra vida y lo que consideramos ya juzgado, etiquetado, pensado. Inspira un relato que expresa que es más real superarse a uno mismo que conformarse, que implica esforzarse locamente para alcanzar sueños que hoy parecen locuras.
Un salto jamás realizado nos cuestiona acerca de lo que somos capaces de hacer de manera original. Acercándonos a Dios, por mirar las cosas nuevas. Igual que Dios hace nuevo todo cada día, creando continuamente. Cuidando, renovando, escuchando. Haciendo de la vida que nos rodea, de la familia, el trabajo, las amistades, la Iglesia y el mundo un espacio nuevo de sanación, gratuidad, recreo y alegría.