Es el poder de la fotografía. Capaz de captar nuestra atención y transportar nuestra imaginación al otro lado del mundo. Capaz de convertir un instante en una eternidad. Capaz de tender puentes entre personas, de sintonizar emociones y de hacernos más humanos. Capaz de ser testigo y memoria al mismo tiempo. Capaz de esbozar una leve sonrisa, derramar una triste lágrima o hacernos reflexionar. Capaz de hablarnos a corazón abierto y de arrancar una oración de los labios más incrédulos.

«Niña llorando en la frontera». La imagen ganadora del World Press Photo 2019. Sandra y Yana llevaban un mes caminando desde Honduras para pedir asilo en EE.UU. El resto, nos lo cuenta la foto…

Te puede interesar