Durante este año 2023 leeremos en las Eucaristías de los domingos el evangelio según san Mateo. Este evangelio ha sido el más leído a lo largo de la historia de la Iglesia, debido a que se pensaba que era el más antiguo, a su carácter catequético, a la disposición ordenada de las enseñanzas de Jesús, distribuidas en cinco discursos y, finalmente, también a su estrecha vinculación con el apóstol Pedro.
Algunos de estos puntos los ha revisado la investigación moderna, pero ha confirmado su importancia desde un punto de vista literario, dada la habilidad del evangelista para combinar fuentes y tradiciones; teológico, por su peculiar comprensión de la figura de Jesús, su reflexión sobre la Iglesia, y su interés por la ética y la escatología; e histórico, por su relación con el judaísmo fariseo y su testimonio sobre la organización de la comunidad cristiana para la que se escribió.
La fecha de composición ha de situarse entre el 70 y el 110. La primera fecha viene determinada por la composición del evangelio de Marcos, que Mateo utiliza, y la segunda por las primeras citas que tenemos de este evangelio, que son de san Ignacio de Antioquía. Podemos, pues, afirmar con certeza que Mateo se escribió después del 70 y antes del 110. Y probablemente en medio de ese período, es decir entre los años 80-90.
El lugar que cuenta con mejores razones para ser su cuna es Antioquía. Allí se hablaba griego y había una importante colonia judía, y allí la Iglesia cristiana había conocido un amplio desarrollo hasta el punto de que fue en Antioquía donde se empezó a utilizar el nombre de ‘cristianos’ (Hech 11, 26). Pedro había desempeñado un papel importante en Antioquía (cf. Gal 2, 11-14), lo que explicaría el lugar destacado que ocupa Pedro en este Evangelio.
Antioquía era la tercera ciudad del Imperio Romano con unos 150.000 habitantes, que contaba con una importante colonia judía. Mateo es el evangelio más judío, pero en polémica con el judaísmo. Los frecuentes pasajes polémicos con los judíos que contiene no reflejan tanto el enfrentamiento de Jesús con los fariseos de su tiempo como el enfrentamiento de la comunidad de Mateo con los fariseos del suyo. Esta situación explica también la valoración que hace este Evangelio de las tradiciones judías. Parece que la ruptura entre judíos y cristianos ya se había producido, es decir, que estamos en la década de los 80 cuando se produce la expulsión de los cristianos de las sinagogas.
Mateo escribió su evangelio basándose en dos fuentes principales: el evangelio de Marcos y una colección de enseñanzas de Jesús, hoy perdida, que también utilizó Lucas. Además, recogió otros materiales tradicionales propios que no aparecen en los demás evangelistas. En la primera mitad de su evangelio cambia el orden de Marcos más que Lucas, pero Lucas modifica más el estilo y es más cuidadoso con lo que dice de Jesús.