Aquí la Clara de 27, hablándole a la de 17.
Qué locura haber tenido esa edad, ¿de verdad he sido tan joven? Últimamente estoy enemistada con los semi adolescentes, creo que es la nostalgia anclada en la aorta, pero por ser tú (o yo) haré una excepción. Te diré, porque sé que te preocupa, que acabarás Derecho y llegará un momento en el que no sepas qué hacer con tu vida pero al final lo descubrirás, así que no te agobies tanto con Romano, que sí tendrás verano. Y como te conozco bien (aunque haya tardado), te diré que esas cosas del amor que tanto te gustan y angustian a partes iguales no son como crees que son. Son mucho más sencillas. Verás, el amor recíproco es complicado que se dé. El amor bonito, más. Porque muchas son las tiranías que irás viendo por el camino y vas a sufrir como la buena pánfila que estás hecha. Pero al final te darás cuenta de que las lágrimas se olvidan igual de rápido que se evaporan. Porque cuando la reciprocidad y la autenticidad sencilla y buena surge, todo sale solo. Vives en una sociedad en la que parece que los amores imposibles son los auténticos, en la que querer de verdad está infravalorado porque cualquier otro motivo en la vida siempre tiene prioridad, en la que sufrir es básico y con ello ser un mártir del amor. Sé, porque lo sé, que vas a ser la protagonista de auténticas telenovelas, vas a acabar con una o dos producciones anuales de pañuelos de papel y vas a quedarte sin saldo en el móvil por haber llamado a tus amigas para relatarles entre sollozos cómo el último canalla de medio pelo te dijo a bocajarro lo poco que le gustabas.
Quiero que sepas que el amor es el sentimiento más grande y especial que puedes llegar a tener por alguien. Por quien sea. Es lo más de Dios que vas a tener dentro de ti y tienes que cuidarlo. Tienes que vivirlo y disfrutarlo. Pero, por favor te lo ruego, nunca lo fuerces ni lo mendigues.
Quiero que sepas que amar es una acción que se esconde detrás de la mayoría de los verbos. Que si alguien te quiere, no te lo dice, simplemente hace que lo sientas. Y todo lo demás, no vale para nada. Quiero que sepas que lo que tú ahora mismo crees que es amor, no lo es como tal. Porque el amor ni duele ni destruye. El amor tiene momentos difíciles, no olvides que la vida en sí los tiene. E implicarse siempre hace que dejemos un poquito de nosotros por el camino para ser más con los demás. De una manera u otra, querer a alguien es mezclarse y convertirse en una reacción mejor. No olvides nunca que estar con alguien te tiene que hacer crecer, te tiene que hacer feliz, te tiene que hacer mejor persona.