El fotógrafo turco Ugur Gallenkus ha hecho algunos montajes con fotos que, así unidas, impactan, provocan, y remueven. Dos mundos, tantas realidades… Lágrimas tan diferentes. Gestos tan similares que, sin embargo, significan todo lo contrario. Infancias tan distintas… Evidentemente, no se trata de que la comparación quiera establecer relaciones de causa-efecto. No se trata de hacer lecturas culpables. Pero sí se trata de comprender, desde la familiaridad, nuestra interdependencia. Nuestra vinculación. Se trata de pensar. De pensar, por un momento, en el mundo, en la vida, en los contrastes que nos ayudan a tomar perspectiva. En la suerte de nacer a un lado de esas fotos, y ojalá, la responsabilidad que debería venir con las oportunidades recibidas.

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