Porque la historia conecta con muchas realidades cercanas que suelen ser invisibles, especialmente la de muchas personas que sostienen a sus familias en silencio y sin descanso.
Porque, sin necesidad de palabras “políticamente correctas”, se nos habla de dignidad, resistencia y humanidad.
Y porque, más allá del drama, Harta deja una pregunta que resulta sugerente: ¿qué podemos hacer como sociedad para que nadie llegue a ese punto de desesperación?




