• serjesuita
  • magis
PastoralSJ
  • ser
  • creer
  • vivir
  • biblia
  • recursos
    • orar
    • profundizar
    • oír
    • leer
    • ver
  • PastoralSJ
    • ser
    • creer
    • vivir
      • biblia
        • Libro
        • Busqueda
      • recursos
        • orar
        • profundizar
        • oír
        • leer
        • ver
    youtube twitter facebook

    ¿Somos tan tontos como nos hacen creer?

    El pasado 22 de noviembre por la tarde noche me encontraba en una popular calle de Madrid. Sin previo aviso, las luces de Navidad de las calles se encendieron (poniéndose al nivel de las de los grandes almacenes, que ya lo habían hecho una semana antes). Muy cerca de mí, una niña pequeña le preguntó a su madre «¿mamá, es ya Navidad?», a lo que la madre respondió «no, es para que compremos», a esto, la niña con espontaneidad dijo, «ah, ¿y qué vamos a comprar?»

    Recuerdo que cuando era pequeño, las luces de Navidad se encendían en el puente de la Inmaculada. Entonces, los niños empezábamos a poner el belén, comenzando así la ilusión y la espera. No faltaba entonces la voz de algún abuelo que nos decía que antiguamente los belenes se ponían el día 22 de diciembre, para poder así respetar el tiempo de Adviento, que es un tiempo de espera. Sin embargo, nosotros seguíamos poniendo el belén, comenzando a cantar villancicos y en definitiva, tratando de adelantar la Navidad, porque eso de la espera… no terminaba de convencernos. No queríamos esperar, sino que queríamos hacer que fuera Navidad ya.

    Reconozco que al ver cómo las luces de Navidad se encienden tan pronto (más de un mes antes de Navidad y una semana antes de que comience el Adviento), me acuerdo de mis abuelos y pienso ¿me estaré haciendo mayor? Porque, siendo verdad aquello de que «quien espera desespera», creo que la espera cristiana tiene mucho de positivo, ya que nos enseña que no todo puede ser aquí y ahora como queremos. Además, el que nuestras ciudades estén decoradas de modo navideño durante un mes, hace que, cuando llega de verdad la Navidad, ya nos hemos acostumbrado a ello (y a veces incluso cansado).

    Pero, pese a la importancia que tiene todo lo anterior, la pregunta que me gustaría lanzar con este post va en otra dirección. Y es que, al ver el encendido de las luces un mes antes de la Navidad, la mayoría de nosotros sentimos que nos están engañando y de algún modo forzando a consumir (al igual que cuando aparecen los bañadores cuando todavía hace frío o los abrigos mientras vamos en manga corta). Entonces, hay algo en nuestro interior que quiere resistirse, puesto que sabemos que todavía no es Navidad y, por tanto no queremos adelantar acontecimientos. Pero, por otro lado, comenzamos a pensar… «¿no debería comenzar a comprar algunos regalos aprovechando los precios?, ¿y si comenzamos ya a comer turrón?, ¿por qué no comprar ya la cena de Nochebuena?» Y así, poco a poco vamos cayendo precisamente en la trampa que esas luces tempraneras nos han tendido.

    Por ello, creo que, al comenzar este Adviento deberíamos plantearnos varias preguntas: ¿somos tan tontos como nos hacen creer?, ¿caemos en la trampa de las campañas publicitarias?, ¿vivimos en la esquizofrenia de saber por un lado que no es Navidad, pero por el otro activarnos consumistamente como si lo fuera? ¿Cuáles son los signos que nos mostrarán de verdad que la Navidad ha llegado?

    Dani Cuesta, sj
    1
    2
    socialnetworks
    0
    s2smodern
    twitter button
    facebook button
    Compartir
    pinterest button
    linkedin button
    tumblr button
    tipos de contenido
    Artículos
    Vídeos
    Reflexiones
    Oraciones
    Libros
    Películas
    Música
    Oraciones en grupo
    facebook twitter instagram youtube Somos Contacta
    Si alguna imagen infringe derechos de autor, notifíquenoslo y la retiraremos inmediatamente.
    Licencia Creative Commons
    desarrollado por sjdigital

    ¿Quiénes somos PSJ?

    Pastoralsj es un proyecto vinculado a la Compañía de Jesús. Realizado con la colaboración de un enorme equipo de gentes de Iglesia, buscamos acercarnos, con una mirada y una sensibilidad creyente, al mundo de hoy. Queremos hacer pensar, ayudar a creer, ser críticos, lúcidos y capaces de ofrecer espacios de diálogo y encuentro.

    Con nuestras propuestas intentamos llegar a personas diferentes. Jóvenes y adultos; creyentes convencidos, y buscadores llenos de dudas; gente, en todo caso, inquieta y con ganas de formarse. Queremos ayudar a traducir en imágenes, lenguaje y contextos cotidianos la fe; y también a intuir la huella de Dios detrás de los acontecimientos de cada día. Para eso, ofrecemos reflexiones, artículos y vídeos al hilo de la actualidad; también tenemos un amplio abanico de recursos para la pastoral, oraciones, lecturas, o películas, que permitan trabajar en diversos contextos. Esperamos que todo esto os sirva y ayude.

    Gracias