El mundo se divide entre quienes se quedan sentados, por miedo a moverse, y quienes se alzan dispuestos a ver la realidad desde más alto. Porque el horizonte da perspectiva, y la perspectiva da verdad. Que no nos falten en la vida los maestros, los profetas, los locos, los valientes que sean capaces de plantar cara a lo injusto, a lo que mata la imaginación, la compasión y la vida. ¡Oh, capitán, mi capitán!
(El Club de los Poetas Muertos, Peter Weir, 1989)