La música tiene el poder de sumergirnos dentro de nosotros mismos, en nuestros anhelos más profundos. Pero al mismo tiempo nos abre más allá, y nos predispone hacia lo sublime, hacia Dios. Por eso la música puede convertirse en oración.

Al mismo tiempo la música, está llamada a conjugarse en plural, porque estamos llamados a celebrar nuestra fe en asamblea, a buscar a Dios en comunidad. En parte, somos lo que celebramos.

Te puede interesar

PastoralSJ
Resumen de privacidad

Esta web utiliza cookies para que podamos ofrecerte la mejor experiencia de usuario posible. La información de las cookies se almacena en tu navegador y realiza funciones tales como reconocerte cuando vuelves a nuestra web o ayudar a nuestro equipo a comprender qué secciones de la web encuentras más interesantes y útiles.