Todos los nombres de mi vida
La vida es tan rápida que se me van los rostros y las personas. Se suceden historias pequeñas, historias mínimas, figuras que por un tiempo se convierten en parte de mi día a día y luego desparecen. Luego, un día, de golpe, recuerdo esa cara, aquel instante, y me pregunto dónde estarán, qué harán, qué pensarán tantas personas como han pasado por mi vida.
«Hijo mío, que no te abandonen el amor y la lealtad; átalas a tu cuello, grábalas en la tablilla de tu corazón; así obtendrás estima y aceptación ante Dios y ante los hombres» (Prov 3, 3)
Los nombres de ayer
Hoy soy la persona que soy por tantas personas como han marcado mi historia, desde que era pequeño. Mis seres más queridos, mis amigos de la infancia y los que vinieron después. Hoy soy quien soy por los conflictos que he vivido, cuando los supe solucionar y también cuando me dejaron heridas. Y por los tiempos de alegría y confianza, esa que me hizo fuerte por momentos. Por las lecciones que he ido aprendiendo, por los retos que ya he afrontado y aquellos con quienes los compartí... Por todos esos nombres le doy gracias a Dios.
Piensa en los nombres importantes de tu pasado, los que recuerdas con frecuencia y aquellos otros en que raramente te detienes ahora... y dedícales un breve momento, en la distancia. Pide a Dios por ellos, que allá donde estén sus vidas sean bendecidas.
Plaza sola
Qué sosiego volver,
hablarte,
abrazarte con mis miradas,
besarte la boca de tiempo
dónde el polvo seca la lágrima,
qué descanso poner mi oído
sobre tu madera encantada,
apurar las gotas de música
de la caja de tu guitarra,
recordar, preguntar,
soñar ahora que nada importa nada.
(José Hierro)
«Aunque tenga el don de la profecía, y conozca todos los misterios y toda la ciencia; aunque tenga plenitud de fe como para trasladar montañas, si no tengo amor, nada soy». (1Cor 13, 2)
Los nombres de hoy
Soy la persona que soy por tantos nombres como llenan mi vida hoy, estableciendo lazos o configurando mi presente, haciéndome sentir seguro, o frágil, o de todo un poco. Soy quien soy por la gente que me trata bien, y también por quien me hace sufrir. Por quien aguanta mis malos ratos, y por quien comparte los momentos más relajados. Por quien trabaja conmigo y quien simplemente pasa por mi vida. También esos nombres me hacen ser la persona que soy, única, distinta, original, con mis sueños y mis luchas, mis deseos y mis desesperaciones, mis humores buenos y malos. Por todos esos nombres doy gracias a Dios.
Piensa en la gente que forma parte de tu presente... En esos nombres que son tan cotidianos que los das por supuesto. Los que te caen bien y los que te hacen la vida difícil. Todos tus nombres... Pide a Dios por ellos, que sus vidas, sus trabajos, sus caminos, sean bendecidos.
Contigo
¿Mi tierra?
Mi tierra eres tú.
¿Mi gente?
Mi gente eres tú.
El destierro y la muerte
para mi están adonde
no estés tú.
¿Y mi vida?
Dime, mi vida,
¿qué es, si no eres tú?
(Luis Cernuda )
«Id, pues, y haced discípulos a todas las gentes... Y he aquí que yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo» (Mt 28, 19-20)
Los nombres de mañana
¿Quién estará en el camino? ¿Quién formará algún día parte de mi vida? ¿Quién se convertirá en alguien muy importante en ella? ¿Qué historias, risas, encuentros, lloros, esfuerzos, trabajos compartidos, luchas, proyectos, están ahí delante? No lo sé. Ahí está el horizonte. Ahí está el futuro. Ahí están los caminos que se cruzan con el mío. Lo importante es seguir siempre, seguir... con los ojos abiertos y el corazón dispuesto. Siempre preparado para admitir más historias, más rostros, más nombres, que me ayuden, siempre, a ser una persona más honda, más auténtica, más llena...
Piensa en tus proyectos, en tu vida actual, y pide a Dios por todas esas historias que están por venir, y en todos esos nombres que algún día pronunciarás. Y desea que tu vida sea verdaderamente humana...
Un desconocido es mi amigo
Un desconocido es mi amigo
uno a quien no conozco.
Un desconocido lejano, lejano
por él mi corazón está lleno de nostalgia.
Porque él no está cerca de mí
¿Quizá porque no existe?
¿Quién eres tú que llenas mi corazón de tu ausencia
que llenas toda la tierra de tu ausencia?
(Par Lagerkvist)