• serjesuita
  • magis
PastoralSJ
  • ser
  • creer
  • vivir
  • biblia
  • recursos
    • orar
    • profundizar
    • oír
    • leer
    • ver
  • PastoralSJ
    • ser
    • creer
    • vivir
      • biblia
        • Libro
        • Busqueda
      • recursos
        • orar
        • profundizar
        • oír
        • leer
        • ver
    youtube twitter facebook

    Cuando estás hecho polvo...


    …no pasa nada. O, mejor dicho, no es el fin del mundo. Puede ser por muchos motivos: un conflicto, algún fracaso, el exceso de trabajo, el amor o el desamor, los exámenes que parecen abocarte a un túnel, la búsqueda de horizontes cuando todo te parece anodino… Hay tantas razones para estar fastidiado a veces… Ahora bien, en la vida hay un reto. No venirte abajo cuando se te tuerce un poco la existencia. No creer que es el fin del mundo. No caer en espirales de desaliento en las que parece que se tambalea tu vida.

    navigate_next
    Cuando estás hecho polvo... Imagen 1

    «Todo tiene su momento, y cada cosa su tiempo bajo el cielo: Su tiempo el nacer, y su tiempo el morir; su tiempo el plantar, y su tiempo el arrancar lo plantado, su tiempo el matar y su tiempo el sanar; su tiempo el destruir y su tiempo el edificar» (Qo 3, 1-5)

     

    La vida tiene contrastes

    Y eso la hace hermosa. Hay días –o épocas– en que todo marcha bien. Y hay otras temporadas mucho más áridas, en las que parece que no puedo más. Entonces me parece inevitable desmoronarme, venirme abajo, lamentarme con llanto triste. Pero, ¿no es vivir reconocer que los momentos buenos no están garantizados, ni los malos tienen la última palabra? ¿No hay que perseguir aquello que amas, sabiendo que a veces el camino no es fácil? ¿No hay algo profundamente liberador en aceptar lo que venga y luchar sin certidumbres por aquello que siento que merece la pena? Bienvenidos sean los contrastes.

     

    ¿Soy capaz de afrontar la contradicción, los momentos más difíciles, la dificultad?

    ¿Reconozco lo bueno que hay en mi vida?

    ¿Aprendo de lo malo, sin venirme abajo cuando eso malo parece pesar más?

    Bienvenida, alegría, bienvenido, pesar

     

    Bienvenida alegría, bienvenido pesar,

    la hierba del Leteo y de Hermes la pluma:

    vengan hoy y mañana,

    que los quiero lo mismo.

    Me gusta ver semblantes tristes en tiempo claro

    y alguna alegre risa oír entre los truenos;

    bello y feo me gustan:

    dulces prados, con llamas ocultas en su verde,

    y un reírse zumbón ante una maravilla;

    ante una pantomima, un rostro grave;

    doblar a muerto y alegre repique;

    el juego de algún niño con una calavera;

    mañana pura y barco naufragado;

    las sombras de la noche besando a madreselvas;

    sierpes silbando entre encarnadas rosas;

    Cleopatra con regios atavíos

    y el áspid en el seno;

    la música de danza y la música triste,

    juntas las dos, prudente y loca;

    musas resplandecientes, musas pálidas;

    el sombrío Saturno y el saludable Momo:

    risa y suspiro y nueva risa...

    ¡Oh, qué dulzura, el sufrimiento!

    Musas resplandecientes, musas pálidas,

    de vuestro rostro alzad el velo,

    que pueda veros y que escriba

    sobre el día y la noche

    a un tiempo; que se apague

    mi sed de dulces penas;

    ramas de tejo sean mi refugio,

    entrelazadas con el mirto nuevo,

    y pinos y limeros florecidos,

    y mi lecho la hierba de una fosa.

     

    John Keats

     

    navigate_next
    Cuando estás hecho polvo... Imagen 1

    «Por la entrañable misericordia de nuestro Dios nos visitará el sol que nace de lo alto para iluminar a los que viven en tinieblas y sombras de muerte, para guiar nuestros pasos por el camino de la paz» (Lc 1, 78-79)

     

    Dios en la bruma

    Parece más claro que Dios me acompaña cuando la vida me sonríe. Entonces entiendo que Dios me cuida. Pero, ¿y cuándo estoy fastidiado? ¿Cuándo pierdo pie en la vida? Hay veces en que es casi imposible sentirle. Ni siquiera encuentro la paz suficiente para buscarle. En esos momentos quiero protestar, gritar, quejarme o reclamarle porque me parece que no está siendo tan infinitamente tierno ni protector como «prometió». Entonces la oración se vuelve lamento o reproche. Pero  voy aprendiendo a reconocer que ahí, en la tormenta, también me sigue cuidando. Que Dios no es un Dios blandito para vidas mullidas, sino un Dios encarnado para vidas humanas, un Dios volcado en sus hijos frágiles. Que me hace fuerte en la debilidad, que a veces me alivia en rostros amigos, en bromas familiares o me da la esperanza suficiente para ir tirando –que no es poco–.

    ¿Qué pasa con Dios en esos momentos de ahogo, de agobio o de tristeza?

     

    Miedo

     

    Aquí, sobre tu pecho, tengo miedo de todo;

    estréchame en tus brazos como una golondrina

    y dime la palabra, la palabra divina

    que encuentre en mis oídos dulcísimo acomodo.

     

    Háblame de amor, arrúllame, dame el mejor apodo,

    besa mis pobres manos, acaricia la fina

    mata de mis cabellos, y olvidaré, mezquina,

    que soy, ¡oh cielo eterno!, sólo un poco de lodo.

     

    ¡Es tan mala la vida! ¡Andan sueltas las fieras...!

    Oh, no he tenido nunca las bellas primaveras

    que tienen las mujeres cuando todo lo ignoran.

     

    En tus brazos, amado, quiero soñar en ellos,

    mientras tus manos blancas suavizan mis cabellos,

    mientras mis labios besan, mientras mis ojos lloran.

     

    Alfonsina Storni

     
    1
    2
    socialnetworks
    0
    s2smodern
    twitter button
    facebook button
    Compartir
    pinterest button
    linkedin button
    tumblr button
    tipos de contenido
    Artículos
    Vídeos
    Reflexiones
    Oraciones
    Libros
    Películas
    Música
    Oraciones en grupo
    facebook twitter instagram youtube Somos Contacta
    Si alguna imagen infringe derechos de autor, notifíquenoslo y la retiraremos inmediatamente.
    Licencia Creative Commons
    desarrollado por sjdigital

    ¿Quiénes somos PSJ?

    Pastoralsj es un proyecto vinculado a la Compañía de Jesús. Realizado con la colaboración de un enorme equipo de gentes de Iglesia, buscamos acercarnos, con una mirada y una sensibilidad creyente, al mundo de hoy. Queremos hacer pensar, ayudar a creer, ser críticos, lúcidos y capaces de ofrecer espacios de diálogo y encuentro.

    Con nuestras propuestas intentamos llegar a personas diferentes. Jóvenes y adultos; creyentes convencidos, y buscadores llenos de dudas; gente, en todo caso, inquieta y con ganas de formarse. Queremos ayudar a traducir en imágenes, lenguaje y contextos cotidianos la fe; y también a intuir la huella de Dios detrás de los acontecimientos de cada día. Para eso, ofrecemos reflexiones, artículos y vídeos al hilo de la actualidad; también tenemos un amplio abanico de recursos para la pastoral, oraciones, lecturas, o películas, que permitan trabajar en diversos contextos. Esperamos que todo esto os sirva y ayude.

    Gracias