¿Perfectos?
Especialmente en épocas de polarización, resulta muy angustioso el discurso de quienes se sienten en posesión de la verdad (la suya, sea cual sea, porque de estos hay en todos los bandos, en todos los barcos, en todos los proyectos). Parece que lo tienen todo claro, que nunca dudan, que desayunan con Dios que les da instrucciones todas las mañanas… parece que son los garantes de las esencias, los perfectos, que saben muy bien condenar aquello que no les afecta… ¡Ay! qué fastidio. Dios, y su verdad, nos desbordan por todos lados, y bastante tenemos con irlo comprendiendo, poco a poco, desde la aceptación honesta de nuestra ignorancia.