Vivir con nuestros muertos
Sinopsis
El título original de este libro en francés es Pequeño tratado de consolación. Creo que expresa muy bien lo que la rabina francesa Delphine Horvilleur ha pretendido con él. Apoyándose en historias bíblicas, en su propia experiencia personal y familiar, en su servicio acompañando a los «dolientes», va hilvanando capítulos de los que emerge una manera esperanzadora –sin caer en soluciones fáciles, dejando espacio a lo inconcluso– de relacionarse con la muerte.
¿Por qué leer "Vivir con nuestros muertos"?
A mí el libro me ha parecido, sencillamente, una joyita. Hasta el punto de resultarme complicado añadir más palabras a lo que ya dice. Invito a adentrarse en él, sin más, y dejarnos llevar por el camino que nos propone. Un camino en el que vida y muerte, muerte y vida, están menos separados de lo que a veces pensamos y vivimos. Solo señalo, brevemente, tres cosas:
• La importancia que Horvilleur da a la narración. Cada vez somos más conscientes de lo que nos ayudan los relatos a entender y relacionarnos mejor con la realidad.
• Me ha resultado interesante, como religioso cristiano, acercarme a la vivencia de una mujer rabina que acompaña a quienes han perdido un ser querido. Cómo se sitúa, cómo intenta ponerse a la escucha, cómo confía en el poder del silencio y, cuando toca, de la palabra.
• Creo que el libro está lleno de sabiduría. Está todo medido, no hay palabras banales para llenar artificialmente el vacío. Pero, a la vez, hay un gran margen para vivir con consuelo el enorme interrogante que supone la muerte.
«Nos complace pensar que las paredes son herméticas, que la vida y la muerte están bien separadas y que los vivos y los muertos no han de cruzarse. ¿Y si en realidad no hicieran otra cosa?»