Una cuestión de género

Sinopsis

Ruth Bader Ginsburg, miembro del tribunal supremo de Estados Unidos, comenzó su historia como abogada tratando de revertir las leyes que fomentaban la discriminación por motivos de género. Esta película se inspira en esos primeros pasos para ofrecer un alegato a favor de la igualdad real.

¿Por qué ver "Una cuestión de género"?

Para pensar

1. La película es, sin duda, un buen motivo para conversaciones sobre la igualdad. Hace pensar que desigualdades tan sangrantes como las que recoge sean tan recientes. Invita a mirar al presente con cautela, para no creer que ya está todo hecho en cuestión de igualdad. ¿A qué más formas de discriminación podemos estar siendo ciegos hoy?
2. El alegato final de Ruth es muy poderoso. La idea central: el mundo ha cambiado y las leyes no, ¿Tiene límites? ¿Cuáles?
3. Es inevitable preguntarse por uno de los ámbitos en los que la igualdad aún necesita mucho camino, porque las palabras no bastan. Ese ámbito es la Iglesia. Muchas voces insisten en la necesidad de cambios que permitan una igual responsabilidad, peso en la toma de decisiones, presencia en ámbitos de la vida eclesial… ¿Por dónde deberían ir esos cambios?
4. La película refleja muy bien la necesidad de apoyo en las batallas que emprendemos. Ruth encuentra muchos obstáculos en su camino. Pero también cuenta con el apoyo incondicional de su familia, y especialmente de su marido, que cree en la igualdad con la misma contundencia que ella. 
5. En un momento, la hija adolescente de Ruth le recrimina que solo con palabras no se cambian las cosas: «No es un movimiento si todo el mundo está sentado. Es un grupo de apoyo». ¿Qué te parece esa frase? 
6. Varias veces vemos a quienes se oponen al planteamiento de Ruth horrorizados ante un futuro que les parece imposible: «¿A dónde vamos a llegar? mujeres fuera de casa, niños que llegan por la tarde a hogares vacíos…» Cuántas veces se utiliza el miedo al cambio para legitimar situaciones injustas.