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Sinopsis

Tras los atentados del Bataclan en París (2015), Antoine Leiris pierde a su esposa en el ataque. En medio del dolor, escribe una carta pública a los terroristas con una frase poderosa: “No tendréis mi odio”. La película sigue su duelo, la relación con su hijo, y cómo intenta reconstruir sentido, confianza y vida sin dejar que el odio gobierne su existencia.

¿Por qué ver "No tendréis mi odio"?

Porque apuesta por un lenguaje cinematográfico sobrio: la fotografía íntima, los silencios y la ausencia de artificios transmiten mejor que mil palabras la hondura del dolor y la lenta reconstrucción de la vida.
Porque la interpretación de Pierre Deladonchamps refleja con naturalidad la fragilidad de un hombre herido que, poco a poco, aprende a resistir sin odio.
Porque nos invita a descubrir que el perdón no siempre es un gesto heroico, sino una serie de pequeñas elecciones cotidianas que mantienen viva la humanidad.
Porque, en clave pastoral, esta historia nos recuerda que la verdadera victoria frente a la violencia está en negarse a responder con la misma moneda. Un testimonio profundamente evangélico, contado con belleza y sin moralismos.
Esta historia nos enfrenta al sufrimiento extremo y la pérdida irreparable, pero nos invita a no rendirnos ante la oscuridad.

Para pensar

Porque no es una película sobre el terrorismo, sino sobre el duelo y la dignidad: evita mostrar el atentado y se concentra en lo que ocurre después, en la intimidad de un padre y su hijo.

Nos recuerda que el perdón no es negar el dolor, ni olvidar, sino resistir al resentimiento, mantener viva la esperanza.

Enseña que cada persona, incluso en las heridas más profundas, puede elegir seguir amando y vivir desde la dignidad humana.

En consonancia con la espiritualidad ignaciana: buscar a Dios en todo, incluso en el dolor; reconocer que la gracia puede florecer en medio de lo roto.

¿Cómo reacciono ante lo que me hiere? ¿Dónde pongo mi mirada: en la retaliación o en la sanación?

Por Mateo Sánchez