Sinopsis
Un ingeniero, antiguo diputado de un partido izquierdista, es secuestrado por los militares durante la dictadura en Brasil en enero de 1971. Su mujer queda al frente de los cinco hijos del matrimonio y encabeza una lucha imparable por conseguir que el Gobierno reconozca su desaparición y asesinato, lo que no conseguirá hasta 25 años después, ya en democracia.
¿Por qué ver "Aún estoy aquí"?
Por qué verla
Por el trabajo actoral, en especial, de la actriz brasileña Fernanda Torres como la esposa capaz de mantener a su familia a salvo del naufragio tras la desaparición del marido y no cejar en el empeño de que las autoridades reconozcan su detención y posterior muerte.
Por el tono de la cinta, alejada de cualquier pretensión moral, política o ideológica, sin dar lecciones, y centrada en relatar cómo fue la vivencia familiar con la madre convertida en un dique de dignidad para su familia a pesar de todos los pesares.
Por la habilidad para sumergirnos en la angustia y la lucha desigual contra un sistema político ilegítimo situando a una ama de casa de una familia de clase alta de Río de Janeiro como faro contra la injusticia y la arbitrariedad.
Por la banda sonora, con hits musicales británicos y brasileños, que va contrapunteando la historia de los protagonistas hasta erigirse en un miembro más de la familia.
Por el Oscar a película internacional, en este caso, haciendo justicia a la cinta más taquillera de la historia del cine brasileño.
Para pensar
La represión de la dictadura brasileña no ha estado tan presente como otras del Cono Sur en el cine y la literatura, a pesar de su ferocidad y extrema crueldad con los opositores.
La mirada que aporta, desde el punto de vista de la tragedia familiar que desencadena la desaparición del progenitor. De alguna manera, ofrece la visión que faltaba en otra película sobre desaparecidos, en este caso en el Chile del golpe de Estado de Pinochet, como es “Missing”.
El triunfo de la justicia al cabo del tiempo y la necesidad de esclarecer los hechos para poder pasar página y cerrar el libro del sufrimiento como hace la propia protagonista en una escena muy visual.
El valor de la esperanza como único clavo al que aferrarse cuando todo lo demás se derrumba alrededor.