Que sea tu voluntad
y no la mia.
Que sea a tu manera
y no a la mía.
Que en esta noche fría,
acate tu plan,
y comprenda que todo pasa
por tu vino y tu pan.
Que mis lágrimas
no sean de despedida.
Que en este dolor tan inmenso,
mis palabras sean acogidas.
Padre, aunque duela,
aunque se rasgue mi voz
atiende al dolor de cada alma,
que vive su propia pasión.



