En el ancho del horizonte,
En los tonos de un bello atardecer,
En la infinitud del mar
y en la espesura de un frondoso bosque.
En el recuerdo de los que ya se fueron,
En la pasión de un joven actor,
En la nostalgia del extranjero
Y en la dedicación de un viejo labrador.
En la preocupación de un transeúnte,
En una tranquila conversación,
En una comida en familia
Y en el olor de una gran biblioteca.
En la belleza de una catedral,
En la inmensidad de un cielo estrellado,
En la sala de espera de cualquier hospital
Y en el recogimiento de una implorante oración.
En la tierna mano de un niño,
En la mirada del anciano demente,
En las páginas de un libro
Y en la sonrisa de un inmigrante.
En los anhelos del preso,
En una carta de amor,
En los sueños de un adolescente
Y en el vientre de unos futuros padres.
En el silencio de una capilla,
En las preguntas de un filósofo,
En el pincel de un artista
Y en las manos de un escritor.
En los rincones de nuestra existencia,
Nos llamas en lo escondido,
Esperándonos en la realidad,
Para hacer de nuestra vida destellos de tu amor.