Después

Después, cuando menos lo esperas

aparece más fresca la vida.

Y cuanto más alto miras,

cuanto más te sorprendes

más pequeño, más de rodillas

eres ante Dios.

 

Después, cuando menos lo esperas

el tiempo ha marcado su ritmo,

y un sendero por dentro

ha tejido otra entraña más viva.

Entonces apareces más hermano,

más hijo, más… de rodillas.

 

Es casi sin querer, al compás del deseo,

de la ilusión, como el hombre

va haciéndose criatura,

más a la imagen

del corazón del amor.

 

Y después, cuando menos lo esperas 

no puedes menos que querer de rodillas.

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