Abandonar el hogar

Solo abandonas tu hogar

cuando tu hogar no te permite quedarte.

Nadie deja su hogar

a menos que su hogar le persiga,

fuego bajo los pies,

sangre hirviendo en el vientre.

Tienes que entender que nadie sube a sus hijos a una patera,

a menos que el agua sea más segura que la tierra.

Nadie abrasa las palmas de sus manos bajo los trenes, bajo los vagones,

nadie pasa días y noches enteras en el estómago de un camión,

alimentándose de hojas de periódico, a menos que

los kilómetros recorridos signifiquen algo más que un simple viaje.

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