Ven, asómate, déjate sorprender por el Dios que descubrimos en Jesús. Con Jesús ocurre que, cuando lo conoces, te cautiva, y entoces sientes algo que no sabes definir: ¿atracción? ¿emoción? ¿amor? Tal vez un poco de todo. Ese sentimiento te hace ponerte en marcha, seguir sus pasos y dejar que su evangelio te ilumine. Es el mismo Señor quien nos invita a asomarnos a ese evangelio, con palabras bien sencillas: «Venid y lo veréis»….