Puede presentarse desnudo con la mano abierta.Puede aparecer sabio cargado de certezas. Puede explicarme,otra vez, su evangelio, con palabras o con obras. Vendrá disfrazado de caminante o de amigo, de mendigo o de señor. Y es posible que, si atiendo un poquito, note que el corazón se me acelera y me quema de una manera distinta. Y entonces miraré a los míos y les diré: «Era verdad»….