Dios siempre ha estado ahí, aunque a veces ni me dé cuenta. En mis recuerdos, aparece, como aprendizaje, como presencia, como palabra, como vida, gesto… Un Dios que ha estado velando, compartiendo, ilusionando sin engañar, guiando sin imponer, amando sin negar. Si miro atrás me doy cuenta de que forma parte de mis días, de la memoria de ayer, que está también hoy, y seguirá estando mañana…