Es la lógica de la cruz en medio del surrealismo de Dalí. Es la lógica surrealista del mensaje de Cristo, que se ancla en medio de la humanidad, convirtiéndose en el corazón del mundo. Y más allá de los infinitos aspectos artísticos, quizás conviene poner la atención en las direcciones. La del que mira desde abajo a Jesús, y sus ojos se alzan hacia el cielo. Y la de Dios que contempla la humanidad entera, intentándola abarcar en un amor infinito.
Y Jesús siempre en el centro, siendo el puente entre Dios Padre y una humanidad que sufre y que necesita, hoy más que nunca, del amor de Dios.