Muchos jesuitas afirman que el voto de obediencia es quizá el más difícil… Sobre todo cuando un destino nos pilla por sorpresa o cuando hay que cambiar de misión y uno ha echado raíces en un lugar determinado.

Sin embargo, el voto de obediencia es también una fuente de sorpresas y nuevos retos que todo jesuita experimenta alguna vez en su vida, poniendo toda la confianza en el Señor.

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