Sé que te has enterado, sé que sabes que en estos primeros días de invierno nos nace un niño, un niño al que muchos iremos a adorar a templos, iglesias o en casa, mirando la cara de esa figura del belén que tanto nos enternece… y nos interroga.

 Si Jesús naciera hoy, ¿Dónde daría nuestra María a luz? ¿Qué rasgos o nacionalidad tendría? Algo incómoda la pregunta, así que paso a mirar a los pastores, personas que guiadas por la luz van adorar al niño. Y ahí, en estos tiempos de sutil y a la vez profunda buena noticia veo venir corriendo a más de mil personas, algunas con una silla roja a sus espaldas, parece que vienen desde Zaragoza ilusionadas por una educación de calidad para todos y todas, y detrás Marc Márquez, sí, en moto. Dicen que apelando al desapego y a su fe en un todos decidió pagar impuestos en España y no en Andorra, y así contribuir al estado de bienestar de su país. Justo detrás del él, miles de familias y organizaciones sociales cargando con ollas, mantas, abrazos, ropa y dotes de escucha para el niño. Se ven rostros cansados, pero con un enorme sentido de la generosidad, dignidad y justicia. José y María se miran, intuyen que esto marcará la vida de su hijo.

 Madre mía, detrás, justo detrás viene una niña pakistaní, musulmana, parece que se llama Malala, veo que le trae al niño un lápiz y un papel, le dice a María que es para ayudarle a cambiar el mundo cuando crezca, y el peque sonríe por primera vez. Sigo viendo pasar pastores, ahora llegan de múltiples nacionalidades, parece que van de camino a la asamblea de Naciones Unidas que en septiembre 2015 decidirán el marco común mundial para los próximos 15 años, lo que ya se llaman Objetivos de Desarrollos Sostenibles, estad atentos, el corazón del niño se acelera. Y así poco a poco vamos pasando unos tras otros, cada uno con lo mejor de sí, portando la buena noticia.

 Y de repente, el niño llora por primera vez, María y José se sobrecogen por la profundidad de su llanto. Se escucha un grito lejano, es el de Toni “ocho bebés, ocho bebés, ocho niños muertos”… el pequeñajo se ahoga en llanto. Parece que a los papás y mamás les cerraron todas las puertas y caminos, así que se lanzaron en patera al mar buscando la buena noticia… y allí, en medio del olvido de las fronteras y titulares sus hijos, Godtime, Testimony, Gift, Osairome fueron alcanzados por la fuerza de un Herodes que desecha lo que no le sirve.

 María coge al niño, lo agarra y lo abraza con fuerza, lo lleva hasta la orilla del mar, y allí, es allí, donde Jesús ora por primera vez. ¡Sutil y profunda Navidad para todos y todas!

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