“Si tuvieras que llevar sólo tres cosas a una isla desierta… ¿qué te llevarías?”
“…Y si sólo pudieras pedir tres deseos (el genio de la lámpara de Aladino, ya sabéis…), ¿qué pedirías?”
Esas dichosas disyuntivas que se nos presentan de vez en cuando, cada vez que tenemos que pararnos y elegir. Elegir un camino, qué estudiar (o no), un posible futuro, un lugar donde vivir o trabajar, un proyecto en que implicarte… o no complicarte la vida con nada… Esas elecciones que nos conforman, en las que ponemos lo que somos, o lo que soñamos llegar a ser en algún momento… Quererlo todo, como si fuéramos adolescentes o ir recibiendo con agradecimiento lo que llega. Querer tener… o querer ser.
Y tú… ¿Qué tres deseos pedirías..?
Arnau Griso (Quiero, quiero y quiero)
Si me das tres deseos
me saben a poco.
O no sé qué prefiero,
o lo quiero todo.
Con sólo tres deseos
no sé lo que quiero…
Siempre pierdo en este juego.
Quiero mil versos como sueldo,
quemar el fuego.
Quiero llegar joven a viejo,
quiero mil gatos y mil perros,
quemar el miedo.
Siempre pierdo en este juego…
Yo quiero
y quiero y quiero y quiero y quiero
compartir todo lo bueno
y aprender a vivir lento.
Porque quiero
y quiero y quiero y quiero y quiero
poner a dieta el ego
y aprender a vivir más con menos,
vivir más con menos.
Quiero ser necesario,
quiero encontrar el norte,
quiero risas y abrazos,
gente con valores.
Quiero saber el nombre
de la chica del metro,
tocar el horizonte
y vivir en mis sueños.
Mil besos como sueldo,
quemar el fuego,
quiero llegar joven a viejo.
Yo quiero y quiero y quiero y quiero y quiero…
Quiero saber lo que quiero,
quiero saber la verdad,
quiero viajar en el tiempo
y dictar el azar;
Escapadas a Berlín,
cobrar yo el alquiler,
hacer dos cosas a la vez.
Quiero ser y hacer feliz.
Si me das tres deseos
me saben a poco.
Yo quiero y quiero y quiero y quiero y quiero…
No es lo que tienes
es lo que quieres…