Quizás uno de los problemas de nuestro tiempo radica en el relativismo. Como cultura, si no hay ningún valor absoluto de referencia, al final «todo vale»… Y esto, no es solo un problema moral.
Pero también cada uno de nosotros nos enfrentamos a un «todo vale» vital, y damos demasiada importancia a problemas que no son tan graves, poniéndolos todos al mismo nivel y engañándonos solos, y sufriendo demasiado, e inútilmente. Preocupaciones que nos desgastan porque a veces, sencillamente, nos encanta darle vueltas a la cabeza.
¿Cuántas horas de insomnio nos ahorraríamos si fuéramos capaces de dar a cada problema su justo valor?
El bien.
Vale que tu ego esté lleno de adornos y no necesites poner
La otra mejilla, tu grano de arena y la cara de «todo va bien»
Solo escuece más porque es reciente
No se va a curar y qué más da
No te creas lo que dicen los cantantes
No hagas caso a la mitad de lo que ves
La verdad es que nada es tan importante
La verdad es que nada es tan importante
Puede que estallen las bombas en casa y tus padres no firmen la paz
A veces las cosas se arreglan si asumes que nadie las puede arreglar
Solo duele porque crees que importa
No se va a curar y qué más da
No te creas lo que dicen los cantantes
No hagas caso a la mitad de lo que ves
La verdad es que nada es tan importante
La verdad es que nada es tan importante
No te creas lo que dicen los cantantes
No hagas caso a la mitad de lo que ves
La verdad es que nada es tan importante
La verdad es que nada es tan importante
La verdad es que nada es tan importante
Viva Suecia