Se trata de una lista de 30 palabras nacidas del horno de la experiencia del autor, quien ha dedicado toda una vida a escuchar pacientemente las de otros en numerosas entrevistas y acompañamientos. Son muchas las palabras que decimos y escuchamos a diario. Las que nos ayudan a madurar son aquellas que guardan su proximidad con lo que somos, sabemos y decimos de nosotros mismos: adios, hola, no, sí, yo, tú, nosotros, perdón, gracias, elegir, hoy, aceptación…Hacernos tomar conciencia de ellas, y de toda la sabiduría que encierran, es lo que pretende el libro, y este simple ejercicio puede ayudarnos también a alcanzar ese “autoconcepto” de nosotros con el que Dios nos quiere y nos sueña cada día.
“Aceptarse es decirse y decir: “éste soy, nada más y nada menos yo”. Es el principio de un proceso de intercambio con el medio y de cambio personal en crecimiento humano. Aceptar es rechazar y renunciar a la omnipotencia infantil. Es sabernos a nosotros mismos y a los demás limitados, históricos, procesuales, concretos y, a la vez, abiertos al cambio y al estreno de nuevas posibilidades humanas”.