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Es hermoso descubrir detrás de esta gran santa, una persona como tú y como yo. Así, de carne y hueso, enfangada en las mil circunstancias de su tiempo, de su familia, de sus propias limitaciones. Solo una cosa la distingue: que tuvo un sueño y luchó por él contra viento y marea. Creo que la lección más grande que este libro esconde para nosotros es algo que, fascinados por la movilidad de nuestro mundo, hemos perdido. El viaje más apasionante y novedoso, de incalculables consecuencias, que podemos hacer en nuestra vida es el viaje hacia nuestro interior. Quien como Teresa, no le tenga miedo, llegará muy lejos y abrirá para nuestro mundo, qué duda cabe, caminos nuevos de mejor humanidad y de un nuevo futuro para todos.

El libro tiene ya unos años, apareció por primera vez en 1999, se trata de un reedición especial, pero narra y describe como ninguno la intrépida vida y andanzas de una mujer a la que la experiencia de Dios que le ardía por dentro, no le dejó parar. Abrámonos a Dios como Teresa lo hizo, quizás es el mejor homenaje que podemos hacer en estos 500 años de su nacimiento que estamos conmemorando.

Lo único que tiene que hacer el alma es moverse con todas sus fuerzas en la dirección de Dios. Suceda lo que suceda luego, que puede ser desde un embate místico a largos y áridos años de oración, está en manos de Dios. La responsabilidad del alma es seguir avanzando a su destino y aceptar lo que resulte… Allí es donde se unen el coraje y la humildad.” (p. 114).

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Editorial

MAeva

Año de publicación

2014

Páginas

367

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