En tiempos de crisis es normal que surjan voces que piden resistencia y aguante. Esa es, en el imaginario general, la doctrina estoica. Una especie de imperturbabilidad a la que todo lo demás le resbala, especialmente aquello que no está directamente a mano. Sin embargo, este libro pretende recuperar la otra gran corriente filosófica del mundo antiguo: el epicureísmo. Mucho más ligado a la vida, que incorpora el placer y el disfrute acordes al ser humano, sin reducirse a cosas y momentos. Así, a través de grandes testigos de la literatura latina como Epicuro -el fundador de la escuela-, Horacio, Lucrecio y Filodemo, trabaja la sabiduría contenida en sus escritos. A modo de legado para la humanidad, se recompone una ética sensata y prudente, concreta y corriente, sin olvidar la grandeza de la naturaleza humana.