Luis González Carvajal es un autor riguroso y ameno a un tiempo, y eso es algo muy de agradecer. Su visión del mundo moderno es amplia, y aquí ha elegido ir entresacando las grandes cuestiones que definen nuestra era (bien por haber sido valores ensalzados durante décadas, y ahora reemplazados por eso que se llamó en un tiempo postmodernidad, o bien por seguir determinando cómo nos entendemos). Así, en estas páginas habla de la mentalidad científico-técnica, de la secularización, el individualismo, la tolerancia, la fe en el progreso o la erótica del cambio, entre otros temas. Y tras una descripción somera de cuales son las tendencias de las que está hablando, las pone después en diálogo con la fe y con la Iglesia. Hoy en día hace falta entender nuestro mundo sin quedarnos tan solo en chascarrillos, titulares o noticias que son como la fachada del edificio pero que no se comprenden si uno no es capaz de ir más allá. Por eso, este ensayo era francamente necesario.
«Quien piense poseer «la verdad, toda la verdad y nada más que la verdad» inevitablemente concluirá que quienes piensan de modo distinto no tienen ninguna verdad. De ahí a creerse con derecho a imponer sus sacrosantas ideas por cualquier medio hay un solo paso» (p131)