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 ¿Y si la felicidad que busco no estuviera en la consecución de esas metas que sueño: autonomía, trabajo, dinero, prestigio…, sino en lograr afianzar en mi vida la práctica de la donación, de la autodonación?

La expresión que da título al libro la puso en circulación el papa Benedicto en su encíclica Caritas in veritate. Encierra toda una forma de vida, quizás la que mejor traduce la propuesta del evangelio: vivir desde la autodonación, compartiendo y entregando a los demás lo que uno es y tiene sin rastro de interés alguno, desde la pura gratuidad. Nuestro autor lo que se pregunta en toda su radicalidad es si es posible y viable una vida desde la lógica del don. Y no solo en el espacio privado o familiar, que es quizás el espacio por excelencia donde todos la hemos conocido y vivido, sino si es posible en el ámbito político, económico, social, educativo, sanitario, etc. A lo largo de los distintos capítulos irá desgranando caminos y posibilidades para recuperar esta lógica en todos esos ámbitos. Algo utópico, se dirá, pensar una economía o una política o una educación no orientadas por la lógica del interés y beneficio personal, pero por ello tanto más necesario para salvar nuestro mundo de su galopante inhumanidad.

  “La medida ética de un ser humano no depende de lo que sepa, de lo que haga, del tiempo que haya vivido, de la obra que haya creado o del dinero que haya acumulado o gastado a lo largo de su vida. Depende de su capacidad para darse. Deberíamos acostumbrarnos a manejar esta medida para evaluar la bondad de un ser humano, pues el don se convierte en el verdadero parámetro…” (p. 159).

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Editorial

Khaf

Año de publicación

2012

Páginas

165

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