El germen de este libro, el primero de Jaime Tatay, está en una serie de reflexiones que el autor ha ido proponiendo a los lectores de la revista Mensajero a lo largo de los años. Sin embargo, aquí se enriquecen con una mirada de conjunto, donde los contenidos se concentran en grandes bloques temáticos (Dios, Jesús, Seguimiento, Comunidad, Dificultades o Discernimiento). Y así, a través de pequeñas capturas de la realidad cotidiana, Jaime va mostrando los innumerables puentes que existen entre la fe y la vida. La lectura es ágil, el lenguaje, cercano y sugerente, y las múltiples referencias (evangélicas y culturales) que van ilustrando lo que propone, ayudan a comprender que estamos rodeados de signos que nos invitan a buscar. Se nota en el contenido la amplia formación y sensibilidad de Jaime Tatay, jesuita, ingeniero de montes y doctor en teología. Pero al tiempo se percibe la curiosidad de alguien que tiene los pies bien asentados en el mundo en el que vive.
Este libro se puede utilizar para la lectura personal. Pero también para el trabajo compartido, en comunidades y grupos que a menudo utilizan textos como punto de partida para sus reflexiones. Precisamente para facilitar esto el autor ha tenido el acierto de ofrecer un apéndice donde propone una guía de trabajo.
«La entrada desconcertante, impredecible y transformadora de Dios en la historia es el gran relato del cristianismo. El Dios a quien abrimos la puerta en Navidad, el Dios de Jesús, es también –y conviene no olvidarlo– el Dios salvaje que irrumpe en nuestra intimidad para instalarse y trastocar para siempre nuestro paisaje interior» (p. 20)